La madera: su elección y tratamiento en la imaginería religiosa

La elección de la madera es un paso clave en el proceso de creación de imágenes religiosas. No solo influye en la estética final, sino también en la durabilidad y la resistencia de la obra. Las maderas más comunes en la imaginería son el cedro, el pino y otras maderas nobles, valoradas por su resistencia al tiempo y su grano fino, que facilita detalles minuciosos en el tallado.

Antes de trabajarla, la madera debe secarse completamente para evitar problemas como grietas o deformaciones. Un buen secado garantiza estabilidad, mientras que tratamientos preventivos contra insectos y hongos aseguran su conservación. Una vez tallada, la obra pasa por un proceso de imprimación y lijado para sellar sus poros y preparar la superficie para la pintura o dorado. Este acabado, junto con barnices protectores, no solo embellece la imagen, sino que la protege de la humedad y el paso del tiempo.

La combinación de técnicas artesanales y avances modernos en tratamientos garantiza que estas obras mantengan su esplendor y legado durante generaciones, reflejando devoción, arte y tradición.

Más adelante explicaremos los pasos de elección de madera para dar lugar a las obras.